La seda es un material textil natural de origen animal</bold>, ya que procede del capullo fabricado por la oruga bombyx, también conocida como "el gusano de seda".
Raro y suntuoso, posee cualidades técnicas asombrosas, como su solidez</bold>. A lo largo de los años, ha encantado a los hombres con su suavidad</bold> y halagado la coquetería de las mujeres con su distinción</bold>. Auténtico símbolo del lujo</bold>, aún hoy conserva su carácter de exclusividad</bold>.
Tiene sus orígenes en China</bold>, 2700 años antes de Cristo, a través de una historia muy bonita</bold>. Se dice que una princesa china descubrió la seda mirando en su taza de té un capullo de bombyx, que se había caído de la morera que tenía encima. Un largo hilo se desenrolló cuando ella trató de recuperar el capullo...
Hoy en día, el gusano de seda se cría para producir y tejer seda, y el monopolio de la producción ya no se atribuye a China. Aunque el 90% de la producción mundial se lleva a cabo en países asiáticos</bold>, otros países, como Francia</bold>, también se dedican a esta labor.
La seda sigue siendo un textil raro</bold> y precioso</bold>, ya que su producción es más larga, complicada y cara que la de muchos otros tejidos.
La seda es un tejido muy apreciado en la vestimenta</bold> femenina y masculina, ya sea en ropa</bold>, lingerie</bold> o accesorios</bold>. Jerseys finos, vestidos, blusas, boxers, babydolls, guantes, bufandas... La seda es extremadamente suave</bold> con la piel, no causa alergias y también tiene cualidades termo-reguladoras</bold>.
Su alto precio</bold> le confiere un cierto prestigio</bold> que hace las delicias de unos pocos privilegiados. El famoso cuadrado de seda de Hermès es, por cierto, uno de los mejores ejemplos de ello.
Pero, afortunadamente, es posible poseer algunos artículos de seda sin ser tan rico como Creso</bold>. Pueden heredarse de nuestros padres o abuelos, encontrarse en una tienda de segunda mano o utilizarse en pequeños retoques sobre otros materiales.
De hecho, la seda se puede encontrar en diferentes formas de tejidos</bold>. La gasa de seda, el crepé de seda, el georgette de seda, el raso de seda, la seda salvaje, etc., son sólo algunos ejemplos.
¿Qué se puede hacer con la seda? ¿Cómo puedes utilizar este precioso material en un proyecto de reciclaje?
La primera idea es, por supuesto, el pañuelo tradicional</bold>, que puede reciclarse fácilmente a partir de un trozo de tela más o menos grande. Un pañuelo que puedes llevar al cuello</bold> pero también en la cabeza</bold>.
¿Por qué no hacer también una bonita braguita fruncida</bold> a la moda de la época? No hay nada más bonito que una ropa interior suave</bold>. Nuestro equipo de Tillistas podría incluso grabar un bonito mensaje personalizado</link> en tus bragas. Extra chic y muy exclusivo, ¿no crees?
Por último, entre todas las ideas locas que se nos ocurren para reciclar la seda, está la camiseta de gran tamaño con un pañuelo de seda</bold>.
De hecho, le hemos dedicado un artículo entero, aquí.
A medio camino entre un vestido y un top, es a la vez hyper casual y chic</bold> y será un aliado perfecto para tus noches de verano.