Un movimiento demasiado rápido o brusco, una tela atascada y ahora tu cremallera está atascada</bold>. Y lo que es más, es una cremallera bidireccional</bold>.
Doble cursor, doble problema, pensará seguramente.
Pues no, piénsalo otra vez. Te desvelamos todos los trucos y técnicas para reparar tu cremallera en unos sencillos pasos.
Así que empieza por echar un vistazo a tu cremallera, deslizadores, dientes...
Y fíjate si puedes encontrar el origen del problema.
Podría ser un diente roto o doblado, un deslizador fuera de la cremallera</bold>, o puntos de óxido</bold>.
En cualquier caso, lo primero que hay que hacer es engrasar tu cremallera</bold>. Aunque sólo sea por su mantenimiento. Con un cepillo pequeño o un bastoncillo de algodón, engrasa la cremallera y los deslizadores con aceite, glicerina o jabón de Marsella</bold>. Esto puede ser suficiente para solucionar el problema.
No te preocupes, el hecho de que tengas dos deslizadores no cambia mucho. Es poco probable que ambos deslizadores se rompan y tengas que cambiarlo todo.
Al igual que con una cremallera clásica, intentarás reparar los dientes doblados o dañados</bold> enderezándolos suavemente con unos alicates de punta larga. Si la cremallera aún se atasca un poco, no dudes en mojar una pastilla de jabón de Marsella y aplicarla sobre los dientes dañados</bold>, hasta que la cremallera se deslice de forma natural fuera de su camino.
Si se te atasca un trozo de tela en la cremallera o en los dientes</bold>, sácalo fácilmente con unas pinzas</bold> y si la tela se atasca de verdad, tendrás que pensar en cortarla.
El vinagre blanco y el limón te ayudarán a quitar el óxido</bold>, pero ten cuidado de no sumergir toda la prenda en un baño de vinagre. Es mejor verter un poco suavemente sobre el cierre y llegar y cepillarlo con un cepillo de dientes viejo.
Y si el problema viene de que uno de los deslizadores ya no encaja o está roto, sólo tendrás que cambiarlo, sin cambiar toda la cremallera</bold>.