Una cremallera rota, desgarrada o que no cierra. Todos hemos tenido que lidiar con ello, y a veces puede ser un verdadero quebradero de cabeza.
¿Hay que tirar los pantalones, la chaqueta o el bolso?
Por supuesto que no. Una cremallera se puede reparar y cambiar.
Aquí te explicamos cómo.
Si la cremallera está atascada, frote la zona afectada con un lápiz</bold>. Si eso no funciona, utiliza un bastoncillo de algodón y engrasa con aceite, vaselina o jabón de Marsella</bold>.
Comprueba también que ninguno de los dientes del cierre esté dañadoSi lo están, puedes realinearlos con unos alicates de punta larga, al igual que la corredera. De nuevo, puedes usar jabón de Marsella.
Si tu cremallera está bloqueada por óxido, puedes sumergirla en zumo de limón, bicarbonato sódico o vinagre blanco.
Lo has probado todo y nada ayuda. Tu zip está roto y vas a tener que cambiarlo.
Empieza por descoserla con un descosedor, teniendo cuidado de quitar también las costuras superiores.
Coloca la nueva cremallera en su lugar y sujétala con alfileres.
Cose la primera lengüeta y luego la segunda.
Comprueba que el cierre funciona correctamente.
Si la corredera está rota, debes saber que es muy posible repararla sin cambiar el cierre</bold>.
Para ello, empezarás por retirar el deslizador del cierre y comprar uno nuevo, teniendo cuidado de seleccionar el mismo diámetro y tipo</bold> que el anterior.
A continuación, introducirás la corredera en el cierre, desde la parte inferior, desplazarás la corredera unos centímetros hacia arriba y sustituirás los topes inicial o final por unos nuevos. Puedes encontrarlos en mercerías.