Ah... El vestido, eterna pieza insignia</bold> del guardarropa femenino.
Abraza morfologías y realza nuestras siluetas.
Qué haríamos sin ellos?
Nunca debemos rechazar un vestido</bold> porque su talla ya no nos favorezca o su color nos parezca anticuado.
En lugar de eso, celebremos el vestido</bold> por lo que vale y ofrezcámosle vidas una y otra vez</bold>.
Piensas que tu vestido está un poco pasado de moda</bold> y tienes todo el derecho a hacerlo. Los gustos cambian, al igual que la moda. Pero no olvides que la moda es cíclica. Así que, en algún momento, es muy probable que tu vestido vuelva a estar de moda.
En cualquier caso, hoy puedes personalizar tu vestido a tu imagen</bold>. Las posibilidades son infinitas. Puedes acortarlo o largarlo, cortarle las mangas, abrirle la espalda, añadirle piezas de tela como volantes, fruncidos o incluso un nuevo corpiño de lentejuelas.
¿Con qué sueñas realmente?
Cuéntaselo a uno de nuestros Tillistes que irá directamente a tu casa y confeccionará un vestido nuevo a tu imagen para ti y contigo.
Si es una cuestión de tamaño, debes saber que aquí también todo es posible y a menudo las alteraciones no son tan complicadas como crees</bold>.
Lo primero que debes hacer es ponerte el vestido al revés y observar cómo te queda</bold>. ¿Cómo son las costuras, tiene forro? Esto te ayudará a determinar qué técnicas utilizar si necesitas cortar, añadir un forro o utilizar pinzas.
Por cierto, en cuanto a las pinzas, son una de las primeras cosas en las que tienes que pensar a la hora de ajustar la talla de tu vestido o de cualquier otra prenda. Añade algunas en el pecho, la espalda, la cintura o las sisas.
Mira qué necesita tu vestido y ¡manos a la obra!
Y si no vuelves a ponerte tus vestidos, ofréceles el honor de casarte con tu cuerpo de otras formas</bold>.
Podrías, por ejemplo, convertirlos en combi-shorts</link> o faldas</link>?
O utilizar la tela para hacerte originales tote bags, tote-bags o clutches</bold>?
Como ves, hay mucho que hacer cuando se trata de upcycling</bold> y, por lo tanto, ¡no hay razón para deshacerse de tus vestidos o de cualquier otra prenda de tu armario!