Ese pequeño detalle en la parte inferior de tus vaqueros que puede marcar la diferencia se llama dobladillo. A veces enrollado, a veces ajustado, a veces completamente puesto. El dobladillo se ha convertido en una marca de distinción tan importante que a algunas personas les gusta utilizarlo de todas las maneras posibles.
Echa un vistazo a los distintos dobladillos y encuentra inspiración para tu próximo diseño.
El clásico dobladillo vaquero, es el que encontrarás más a menudo en los pantalones que encontrarás en las tiendas. Doblado del revés con un bonito pespunte, remata tus pantalones de la forma más simple y auténtica</bold> posible.
Adoptado por muchos, sigue siendo intemporal y se adapta a todos los estilos</bold>.
Un golpe de tijera en lugar de un dobladillo, eso es el dobladillo crudo. Muy de moda en vaqueros pitillo o pata de elefante, ofrece un estilo desenfadado y fresco y alarga la pierna</bold>.
Con el tiempo, pueden salir flecos, a menos que los ayudes a crecer con unas pinzas o una piedra pómez.
El pinroll ha sido el rey de los dobladillos desde que los fans de las zapatillas lo pusieron de moda.
Este dobladillo no requiere máquina ni costura y es muy sencillo de hacer</bold>.
Simplemente haz un pliegue con la parte inferior de tus vaqueros, justo a la altura del tobillo y enrolla el dobladillo dos veces sobre sí mismo.
Obtendrás un resultado perfecto e hipertrendy y, de paso, podrás presumir de zapatos.
El dobladillo despeinado es el dobladillo de los que aman la singularidad.
Éste no tiene normas</bold> porque tú eliges en qué se recogerá.
Puede ser un dobladillo hecho con fruncidos o volantes, un dobladillo hecho con cuentas, lentejuelas o incluso plumas</bold>.
Aquí, todo vale. Despierta tu creatividad y date un capricho</bold>.
¡Un poco de locura nunca viene mal!