Para darle a tu viejo vestido un cambio de imagen</bold> o simplemente para transformar su corte, puedes acortarlo</bold>. En la mayoría de los casos, esta modificación es fácil de hacer. Te explicamos cómo.
En primer lugar, asegúrate de que tienes los conocimientos necesarios para acortar tu vestido. No querrás estropearlo todo por cortarlo mal. Además, recuerda que, una vez cortado, será mucho más difícil compensar un vestido demasiado corto que uno demasiado largo. Así que haz varias comprobaciones a lo largo del proceso.
Lo más fácil cuando quieres acortar tu vestido es hem</bold> él.
A mano o a máquina, la elección del dobladillo dependerá de la forma de tu vestido y de su material</bold>. Por ejemplo, para un vestido de algodón ligero, se utilizará un dobladillo sencillo, mientras que para un vestido con un tejido muy grueso, se utilizará cinta extrafuerte.
No te asustes, si tu vestido está forrado, acortarlo no será más complicado en sí mismo. Solo tendrás que hacer dos dobladillos y, por tanto, el doble de trabajo: un dobladillo para la tela del vestido y otro para el forro.
Pero no te comas el trabajo, cada uno tiene que estar hecho a la perfección si quieres que el acabado esté a la altura.